domingo, 6 de mayo de 2012

Propuesta Huelga de Consumo General

Si cada uno pone su grano de arena, algo se consigue seguro


Mucho se está hablando estos días acerca de la huelga de funcionarios, del recorte salarial de los empleados públicos y de la próxima legislación de reforma laboral. Los padres de la patria dicen que son tiempos difíciles y que todos deben de arrimar el hombro. Incluso publican en los medios de comunicación que ellos también se van a bajar sus sueldos predicando con el ejemplo...¡Qué risa por esto último! Hay un refrán español que dice que quien parte y reparte, siempre se lleva la mejor parte. Y es verdad, aunque sea cierto que los políticos se van a bajar algo su sueldo; da igual, el año que viene o el otro, se subirán el doble de lo que hipotéticamente se lo van a bajar ahora, y todo arreglado.

En cuanto al recorte salarial de los funcionarios, decir que se ha empleado a este colectivo como moneda de cambio para resolver los problemas de todo este país. Que en dicha campaña de desprestigio, se les ha hecho acreedores de falsos privilegios y deudores de ciertas cualidades laborales. No quiero ir en contra de los asalariados laborales y contractuales de este país; pero al que crea que ser funcionario es un chollo, le invito a que se informe de lo que cuesta por término medio aprobar una oposición, pasar un largo periodo de prácticas, trabajar para todo aquel que lo necesite, sin cobrar proporcionalmente al trabajo realizado, etc. etc.

En resumen, creo que los funcionarios han sido un poco el cabeza de turco de los problemas de este país. ¡Qué hábiles son los políticos, y que lela es la gente que se deja embaucar por ellos! Si los gobernantes hacían una llamada ética a la colaboración solidaria de los funcionarios con el menoscabo de su ya mermadísimo poder adquisitivo; yo, desde aquí, propongo una huelga de consumo general, en la que indefinidamente solamente se consuma lo justamente imprescindible y necesario. Sobre todo, que se reduzca drásticamente el gasto en ocio, vestido, vicios como tabaco y alcohol, transporte privado, visitas a los bares, vacaciones fuera de temporada alta, etc.

De esta manera, el perjuicio ocasionado a las economías de las familias de los funcionarios, se hará extensivo a toda la sociedad, y así, nos apretaremos todos pero que todos, el tan nombrado cinturón.

Yo, estoy convencido de lo que postulo en este post, y por eso, ya he empezado a reducir mi gasto y a aplicar una rígida austeridad económica.

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