El Ayuntamiento de Madrid anunció ayer la suspensión de la Noche en Blanco, chorrada de solemnidad indescriptible que atestigua la brecha abierta entre la realidad y los políticos. Mientras éstos creen que la Noche en Blanco sucede una vez al año, los españoles la celebran no menos de tres veces por semana.
Mi vecino del quinto lo descubrió la madrugada del lunes pasado. Llegó a casa, cenó y revisó la correspondencia. Primero, las facturas mensuales por pagar. De fondo, tres tiparracas y dos golfos gritones insultándose en la televisión del cuarto de estar. Luego, una carta del banco: dos impagos. Advertencia de embargo al tercero. Punzada de mal humor y cambio de canal. Misma programación: documental de buitres. En el género epistolar, más de lo mismo: plumas negras que salen de los sobres y que hacen que pique la nariz. Así que sin sueño(s), a la cama. Como quien abraza un potro de tortura. Los ojos, como platos vacíos. Seis vueltas sobre sí mismo. Sin testigos. La pirueta no merecerá un oro olímpico que se pueda canjear en las casas de empeño que proliferan: «Compro oro», hablan las espaldas. Pero lo importante no es ganar, sino tirar p’alante, recuerda en los mapas del techo, que ahora que se fija se están llenando de las grietas fronterizas de pintura barata que afloran cada primavera. Noche en Blanco, pues. Subida al balcón a fumar y, en la madrugada, miles de puntos rojos diminutos ganan y pierden intensidad, como un saludo cifrado en un horizonte de tendederos, antenas y ojos que se hinchan con cada inhalación. Performance colectiva del insomnio patrio, puede llamarse la obra. Noche en Blanco nacional.
Suspender la Noche en Blanco, dicen los cachondos… Es bonito decirlo, pero va a ser un claro ejemplo de desobediencia civil. Aquí no duerme ni Dios, excepto los que no tienen la conciencia tranquila, que esos duermen a pierna suelta en este bendito país. Los españoles no duermen porque les embargan las ovejas, así que tratan de conciliar el sueño contando lo que tienen: unos, días de mes que les sobran; y otros, meses de prestación por desempleo que les faltan. Pero no son hojas de la misma adormidera y, claro, unos se desvelan pensando en papeleras llenas de currículum y a otros les quita el sueño un dolor de muelas (ver vídeo policial, minuto 00:43). Pero los que más abundan son los que no pegan ojo porque no se fían ya ni de su padre (vídeo de Montoro). Suspender la Noche en Blanco… ¡Si habría que hacerla patrimonio nacional!
Desalojo Puerta del Sol 12 de mayo.
Una mujer a Montoro: "Como me quiten el dinero, mato a alguien"
Fuente: Principio de incertidumbre
No hay comentarios:
Publicar un comentario